A un antropólogo limitarse a estudiar todo lo que ha sido escrito sobre la cultura Drusa y realizar trabajo de campo durante una larga estancia entre ellos no le permitiría dilucidar el dilema hermenéutico de los Drusos. Tampoco comprendería qué pretende un Druso con determinados actos, ni sus intenciones, si ese antropólogo no tuviera un profundo conocimiento de la filosofía Drusa. Filosofía de la lógica razonable que remueve el pensamiento, y de la piedad religiosa que penetra en el corazón a través de la lógica del pensamiento. Para ello es necesario crear una fuerte empatía con ellos y conseguir su confianza. Teniendo en cuenta este propósito, hace falta, en primer lugar, entender muy bien los principios constitutivos de la sociedad Drusa, es decir, el surgimiento de la filosofía Drusa así como de la religión que parte de tal filosofía. En segundo lugar es necesario buscar el método adecuado para una fructífera recogida de los datos necesarios para la investigación, de los que únicamente ellos poseen las fuentes. Para lograr esto hay que tener un buen nivel de confianza con ellos y entender al mismo tiempo sus disimulaciones (juegos de presentación y ocultación)